Con motivo de la jubilación, a principios de 2011, comencé una etapa distinta en mi vida, en la que entre otras cosas, me dediqué a pintar…, una actividad, una asignatura pendiente, una afición, un pasatiempo, una ocupación que quería realizar meramente por placer durante el tiempo libre, que no pude realizar a lo largo de mi vida profesional y que siempre me atrajo.

En 2011 inicié un curso de aprendizaje de dibujo y pintura, conociendo las distintas técnicas, para sondear un poco por encima este mundo mágico (“una imagen dice más que mil palabras”).

Los primeros pasos fueron haciendo dibujos a carboncillo para delimitar las figuras, buscando sobre todo las proporciones adecuadas, dibujando figuras sueltas, como jarrones, árboles,…, un poco más adelante bodegones, paisajes de bosques, montañas, playas,…, y para ir concluyendo esa etapa del blanco y negro, ir perfeccionando esos dibujos con sombras, difuminando,…,

Después pasamos al color, sobre todo pensando en pintar al óleo. Estudiamos los materiales, los pinceles, los lienzos,…, conocimiento de los colores primarios, los demás colores y los secretos de sus mezclas,…, empezamos pintando fondos, cielos, nubes, paisajes,…, pasamos a profundizar sobre luces y sombras,…, y no olvidando nunca las proporciones.

Todo lo aprendido en el dibujo a carboncillo me sirvió para bocetar los posteriores cuadros de pintura al óleo

Me decanté por la pintura al óleo, sobre lienzo, y sobre tablilla entelada, de pequeñas dimensiones (como máximo del tamaño A3, aunque también los hay A4 y tamaño cuartilla y postal), en general de estilo realista, reflejando fielmente la realidad cotidiana.

El conjunto de la obra se hizo entre 2011 y 2014 y consta de 23 cuadros.

El primer cuadro es un bodegón, que también hice a carboncillo en el cuaderno de dibujo de los inicios del curso antes mencionado (no está incluido en esta colección). El que sí he puesto es un paisaje a carboncillo de la Explanada de Alicante (que más tarde también reproduje al óleo sobre lienzo).