Como manchego que soy he tenido siempre predilección por el Quijote. ¿Cómo iba a dejar pasar esta oportunidad sin dedicar algún cuadro a este insigne personaje? En esta ocasión quise mezclar en el mismo paisaje como dos momentos distintos de la Historia, así se refleja a Don Quijote y Sancho, dirigiéndose hacia unos molinos modernos, de los que se ven ahora por algunos altos de esta llanura manchega (les llaman parques eólicos), el caso es que nos vamos acostumbrando a ellos. El cuadro es una silueta en negro sobre fondo azul cielo. Tiene unas dimensiones algo mayores que el tamaño A4 apaisado. La técnica utilizada ha sido óleo sobre tablilla entelada. Actualmente, tanto este cuadro como el siguiente se encuentran en Madrid, en el piso de mi hija.